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Utilizar las redes sociales para educar, no para degradar

Vishal Chauhan - 16 de septiembre de 2022

Las redes sociales son una herramienta increíblemente poderosa, y el uso que hacemos de ellas puede influir en el comportamiento de los demás. Si los usuarios de las redes sociales son conscientes del impacto que pueden tener sus publicaciones, pueden utilizar su presencia en línea para hacer el bien. Dando ejemplo de buena gestión medioambiental, podrían inspirar a un nuevo público a practicar un comportamiento ético. Como las redes sociales nos permiten compartir información con un público ampliolas publicaciones sociales que promueven la gestión medioambiental podrían llegar a usuarios tradicionalmente excluidos de la información sobre sostenibilidad.

A menudo, la información científica tiene dificultades para abrirse paso debido a barreras culturales o estructurales. Las publicaciones responsables e informadas en las redes sociales pueden aumentar el acceso a datos importantes sobre la vida sostenible. Las personas se sienten inspiradas, motivadas y más cómodas participando en actividades sostenibles cuando ven a otras personas de orígenes raciales, culturales o étnicos similares.

Dada la exclusión del activismo medioambiental y la sostenibilidad que siguen sufriendo los grupos minoritarios, la educación y la gestión pueden tener más validez a nivel individual cuando proceden de una voz que comparte un trasfondo cultural similar. Difundir la concienciación desde voces que puedan resonar y relacionarse con comunidades infrarrepresentadas es primordial para una educación más equitativa, y las redes sociales se utilizan a menudo de este modo como plataforma no excluyente para la educación de base. Esto puede tener un poderoso impacto positivo en el fomento de comportamientos responsables con el medio ambiente: todo el mundo tiene la oportunidad de marcar la diferencia mediante un uso responsable de las redes sociales. 

Los usuarios de las redes sociales deben tener en cuenta la repercusión de sus publicaciones y cómo pueden afectar a la administración de su comunidad, a los espacios verdes locales o a las zonas comunes de reunión. Los usuarios deben ser conscientes del impacto no explícito que pueden tener sus imágenes, ya que otros pueden emular su comportamiento, tanto positivo como negativo. Vaya un paso más allá y considere la posibilidad de declarar explícitamente las prácticas de gestión en las publicaciones, invitando a los demás a iniciar su propio viaje hacia la sostenibilidad cotidiana.

 En el pasado, gran parte de la educación medioambiental se impartía de arriba abajo, lo que daba una sensación de La educación medioambiental a través de las redes sociales es lateral. La educación ambiental a través de los medios sociales es lateral, ya que las personas pueden utilizar sus mensajes y su presencia en línea para dotar a otros de los recursos necesarios para ampliar su aprendizaje e informar a los demás, creando una dinámica de profesor a profesor que es accesible y equitativa para un público más amplio. Este comportamiento potencia la educación autodirigida y el autogobierno sobre los impactos medioambientales, creando un sentimiento de propiedad colectiva.

Por último, los usuarios de las redes sociales deberían informarse sobre el patrimonio cultural e histórico de la tierra en la que residen y se recrean. Incluir un reconocimiento de la tierra en las publicaciones sociales puede fomentar el establecimiento de relaciones y la reciprocidad con las comunidades indígenas. Este reconocimiento y respeto a los desplazados de sus tierras tradicionales tiene implicaciones para una mayor educación sobre la historia cultural de una zona, y actúa como un primer paso para la colaboración con las comunidades indígenas.

 

 

 

 

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