Argumentos a favor del transporte alternativo

En 2019, el ayuntamiento de Kansas City (Misuri) votó por unanimidad eliminar las tarifas de autobús. Esta política representaba un cambio masivo en su infraestructura de transporte público, por lo que la ciudad empezó por lo pequeño, ofreciendo viajes gratuitos a veteranos y estudiantes.

Cuando comenzó la pandemia de COVID-19 en 2020, la ciudad optó por hacer que todo el transporte público fuera gratuito para todos los ciudadanos. Esto permitió a Kansas City mantener un número de pasajeros entre el 60% y el 80% del habitual. En otros lugares, el uso del transporte público cayó en picado durante la pandemia, y el número de pasajeros se redujo a una media del 20% de los pasajeros anteriores a la pandemia. Esta nueva política tuvo grandes beneficios económicos para las pequeñas empresas y las familias de Kansas City que dependían del transporte público para ir al trabajo, además de amplios beneficios medioambientales.

No todas las ciudades cuentan con un sistema de transporte público tan importante y eficaz como el de Kansas City. Independientemente de las importantes disparidades en la infraestructura de transporte público entre las distintas comunidades de EE.UU., cuanto más conozca la suya, mejor preparado estará para utilizarla.

El transporte representa el 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos, que es el sector que más contribuye al cambio climático. Para lograr la neutralidad de carbono, tenemos que cambiar nuestra forma de enfocar el transporte. Los coches y otros vehículos individuales tienen la eficiencia de combustible más baja de todos los medios de transporte.

Al cambiar al transporte público, ahorramos combustible, disminuimos la contaminación atmosférica y, por tanto, reducimos nuestra huella de carbono. Según el Departamento de Transporte de EE.UU., los coches producen un 50% más de libras de carbono por pasajero y milla que los autobuses. Además, los autobuses emiten menos contaminantes atmosféricos, como monóxido de carbono y óxido de nitrógeno, por pasajero y milla, y ahorran a EE.UU. el equivalente a 4.200 millones de galones de gasolina al año. Estos efectos positivos se magnifican a medida que más personas utilizan los sistemas de transporte público. 

Leave No Trace recomienda que la gente "planifique con antelación y se prepare" para garantizar que reducimos al mínimo nuestro impacto en el medio ambiente. Utilizar el transporte público siempre que sea posible es una pieza vital de ese principio. Dedique tiempo a informarse sobre cómo puede viajar con el menor impacto posible para que, llegado el momento, esté tomando la mejor decisión posible.

Es importante reconocer que no todo el mundo tiene acceso a un sistema de transporte público sólido. En su lugar, considere la posibilidad de utilizar otros medios de transporte, como la bicicleta o el coche compartido, cuando estén a su alcance. Cuando se realizan viajes largos y no es posible ir en bicicleta o andando, se pueden conseguir efectos positivos similares tomando el autobús o viajando con otra persona. Compartir coche tiene efectos positivos similares a los del autobús, pero a menor escala.

Incluso la decisión ocasional de renunciar a coger el coche puede tener efectos muy positivos para el medio ambiente. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. descubrió que si el 50% de los estadounidenses que tienen coche decidieran ir a pie o en bicicleta en trayectos de menos de un kilómetro y medio, se reduciría la cantidad de CO2 emitida a la atmósfera en 2 millones de toneladas métricas al año, lo que equivale aproximadamente al consumo anual de energía de 185.000 hogares.

El impacto de optar por utilizar la bicicleta y caminar en lugar de conducir puede ser monumental no sólo para el medio ambiente, sino también para las personas y los animales que viven en él. Las emisiones producidas por los automóviles no sólo afectan negativamente a la calidad de los hábitats naturales, sino que más de un millón de animales mueren atropellados cada año en Estados Unidos. Conociendo otros modos de transporte, podemos trabajar para reducir el impacto de nuestros desplazamientos cotidianos sobre las personas, la fauna y el planeta. 

Artículo escrito por: Kenny Prior, Andrea Green y Sarah Steinke